Don Francisco, fue el presentador encargado de abrir las puertas del programa al público hispano.
Kreutzberger cultivó una audiencia fiel gracias a su carisma, humanidad y cercanía con el público. Durante décadas, llevó a los hogares hispanos y del mundo un espacio de entretenimiento lleno de alegría, esperanza y diversión.
El personaje de «Don Francisco» nació de la imitación de un judío alemán que vivía en Chile y no hablaba bien el español. Durante los inicios de su carrera, Kreutzberger hacía stand-up comedy en el Club Cultural Macabí y emulaba a Francisco, el personaje que lo acompañó el resto de su vida.
Tiempo después, se presentó a un programa de televisión como contador de chistes; le preguntaron su nombre, a lo que respondió Mario Kreutzberger, e inmediatamente le dijeron que con ese nombre no llegaría a nada. Así que, a partir de ese momento, «Don Francisco» cobró vida.